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domingo, 24 de marzo de 2019

¿SE PUEDE EDUCAR HUMANOS EN UN MUNDO DE MÁQUINAS?


Estamos viviendo en un mundo rodeado de tecnología, desde el más simple equipo celular (Smartphone) que es parte de tu oficina al recibir mails corporativos durante las 24 horas de día, chats de trabajo, Apps con cuentas bancarias, sistemas o aplicaciones corporativas hasta  los wearable o dispositivos vestibles que se incorporan poco a poco en nuestros cuerpos con la finalidad de realizar funciones concretas, pasando por zapatillas con GPS, pulseras que te controlan el stress, los pasos diarios, los latidos del corazón, calorías alimentarias, etc. Ésta tecnología representa el diario vivir de una persona llamada ahora hiper conectada; sin embargo, viene la pregunta:
¿Hasta dónde puede llegar la educación utilizando tecnología?
Por el momento es muy difícil saber hasta dónde llegaremos, seguramente en unos 15 a 20 años, podremos ver y analizar, a ciencia cierta, en nuestros hijos o nietos, en qué se convirtieron o cual fue su sistema de aprendizaje criándolos utilizando tecnología. Pero de algo debemos estar seguros, en los nuevos estudiantes debe primar las habilidades y talentos humanos, nuestro deber será estimularlos y lograr de ellos personas diferentes y mejores. Es decir, y en pocas palabras, el futuro es formar humanos únicos y diferentes.
Con las nuevas eras generacionales, Millennials y generación z, lo único que se puede lograr en éstos momentos es aprender conocimientos que en unos años más no existirá; lo principal y es en lo que debemos enfocarnos ahora en el presente es ¿Cómo estoy aprendiendo YO ahora? ¿Soy una persona adaptable al cambio? Ayudarte a descubrir para qué estás especialmente dotado (talento natural) y a determinar cómo aprendes (cómo incorporas nuevas habilidades y también nuevos conocimientos). Algo que creo que no se está haciendo a día de hoy.
¿Qué debo aprender ahora?
Simplemente “aprender a aprender”, a leer más rápido, a entender, a utilizar herramientas tecnológicas, y sobre todo a concentrarse; debemos aprender a colaborar, a crear, a experimentar y finalmente a emprender.

“El mundo al que vamos es demasiado complejo para desaprovechar el talento de las próximas generaciones”
Alfons Cornella

Algo que pienso que tenemos que aprender a aceptar y entender, en especial la gente grande de edad, es que la educación tecnológica ya está presente en nuestra vida, y no debemos preocuparnos en ¿Cómo funciona el programa?, imaginémonos cómo de rápido deberíamos avanzar para que pudieran entender cómo funciona una máquina inteligente, al final no entenderán nada y se someterán sin esperanza a algo que posiblemente no podrán controlar. Debemos perder el miedo a la tecnología, pero NO olvidarnos de las características UNICAS de los humanos: el uso de virtudes, el coraje, la imaginación, la empatía, la colaboración, la pasión, el amor, etc.
En el libro “Sálvese quien pueda” de Andrés Oppenheimer, a cual considero hasta apocalíptico, ya que expone el futuro de los trabajos en una era de automatización, sin embargo, como indica Cornella: “es posible que las máquinas almacenen datos y conocimientos y que den respuestas, pero nuestra esperanza es que nosotros podamos seguir haciendo las preguntas”. Como docentes o instructores, debemos hacer que cada estudiante encuentre lo que le gusta hacer, es decir su vocación, así tenemos personas que mejoren cada día nuestra sociedad.
No debemos olvidarnos que transmitimos con ejemplo y lo mejor que podemos transmitir es leer, no importa si es de forma digital o física, simplemente lee. Si nosotros no leemos, ¿Cómo podemos transmitir un placer por la lectura?
Todo éste cambio con educación tecnológica no se realiza de la noche a la mañana, es de evolución lenta, pero para acelerar el proceso, los educadores debemos ubicarnos y simplemente, reitero, adaptarse. 

viernes, 22 de marzo de 2019

EL RETO TECNOLÓGICO QUE DEBEMOS AFRONTAR


La letra entra con tecnología
Como bien sabemos, desde la era de la digitalización, nada es igual. La educación también se encuentra en un proceso de actualización y de transformación profunda. Uno de los problemas más grandes es el CAMBIO que se está realizando en las aulas, ya que las nuevas formas de Trabajar, exigen otras formas de Formar. El ESIC a través de ICEMD su instituto de Economía Digital, realizó una investigación sobre las tendencias más significativas en la Cuarta Revolución Industrial en las aulas, indicando que:
La Formación no tiene edad
Ahora todo el mundo se encuentra interconectado, ya no podemos indicar que la formación se acaba a cierta edad. La misma sociedad nos exige una constante puesta al día en los nuevos conocimientos. La educación NO tiene fecha de caducidad, una formación continua nos ayudara en los nuevos tiempos que se avecinan. El conocimiento debe ampliarse y no terminar es un postgrado. Si tu institución quiere sobrevivir, debe convertirse en “Learning Organizations” con aprendizaje constante ya que las nuevas generaciones de jóvenes, tienen formas distintas de aprender. Y ese es nuestro reto.
Manejar la oportunidad
La tecnología junto a la educación no solo debe ser aceptada, sino recibida como elemento enriquecedor. La Adaptabilidad al cambio es fundamental en estos tiempos. Las “Flipped Classroom” están cada día más de moda y debemos implementarlas (transferir ciertos procesos de aprendizaje fuera del aula y en clase solamente potenciar lo aprendido. Las llamadas clases invertidas), las “Blended learning” como combinación de medios digitales y tradicionales.
Es por eso que nuestra adaptabilidad a la tecnología - educación y digital – presencial debe ser potenciada y empoderada. Cada vez podemos contar con formación online y la educación a distancia añade también elementos presenciales. Debemos apoyar al aprendizaje colaborativo y al  microlearning.
 Crear una educación a medida
La tecnología es la nueva revolución en las aulas y en los centros de aprendizaje, sin embargo, si no existe la adaptabilidad, que más que todo se debe a un obstáculo cultural (en la persona) no avanzaremos a la nueva Revolución Industrial en las aulas. Cada persona (Estudiante) ya tiene un tutor virtual que le ayuda a estudiar y hasta le ofrece nuevas sugerencias complementarias, permitiéndole un aprendizaje cada vez más personalizado y optimizado (youtube, etc.)
Gracias a este tutor virtual, cada persona puede aprender de forma personalizada y a su propio ritmo, del mismo modo, cada grupo de edad requiere una atención específica. Nos centramos en la educación a los Millennials y pronto a la generación Z por la inmediatez audiovisual, ya que como nativos digitales interactúan solamente con personas afines y con criterios e intereses en común.
Estas nuevas generaciones de jóvenes ya crecieron con el uso de herramientas digitales, por tanto, tener un Smartphone o una Tablet, además de contar con el servicio de internet en su casa son necesidades básicas para su crecimiento en el proceso de enseñanza y educación, ahora el reto es nuestro para poder encaminarlos en su buen uso.

miércoles, 20 de marzo de 2019

RODEADO DE MILLENNIALS


¿Recuerdan el Windows Millenium? Allá por el año 2000, Microsoft sacó un Sistema Operativo que no duró mucho y fue catalogado como un Sistema de transición. Si bien Millenium llegó con mucha expectativa, terminó como un “fiesta cohetillo” (terminó muy rápido). ¿Sucederá lo mismo con la generación Millennials?

Básicamente los Millennials nacen entre los años 1980 y 2004, son en general jóvenes que crecieron escuchando que podían lograr todo lo que querían en la vida, que fueron muy consentidos por sus padres y que crecieron con la filosofía de disfrutar la vida al máximo y de hacer a ellos mismos su principal prioridad en la vida.Son una generación exigente y también egoísta, debido a que desde que nacen tienen todo en sus manos. Pasan de la frase "Necesito un trabajo para vivir" a la frase "Necesito un trabajo que me guste, para vivir". Estos jóvenes quieren disfrutar más y trabajar menos. ¿Hasta donde llegan? A tener salarios lamentables a cambio de cargas de trabajo brutales, a cambio de estar bajo mucha presión y por contratos fugaces en la gran mayoría de los casos.

Por otro lado, sabemos que en la antigüedad había dos tipos de enseñanza. La enseñanza teórica donde Sócrates, Platón, Pitágoras, etc. daban charlas y discursos, compartían conocimiento y debatían sobre conceptos con sus alumnos. Por el otro, la enseñanza práctica donde los aprendices veían como los maestros hacían zapatos, remendaban, trabajaban la madera, las piedras, construían catedrales, etc.
La educación iba evolucionando y se formaron las primeras Universidades en Marruecos, Inglaterra, Italia o España. La estructura educativa iba tomando forma. Así hasta llegar a la educación del siglo XIX.
Entonces apareció la tecnología y hubo que ir adaptando la estructura educativa a esa tecnología ya que es la que marcaría el futuro. Informática, Electrónica, Robótica, Smartphones, Tablets, Plataformas virtuales, etc.
Así llegamos al día de hoy, al gran debate. Donde nuestros centros educativos, poco a poco van teniendo un gran surtido tecnológico, pero donde los resultados son muy cuestionables. ¿Es correcto haber adaptado tecnológicamente los centros? Los resultados, lamentablemente, dicen que no. Entonces ¿Cuál es el problema? Pues, se introducen nuevos conceptos, la Metodología y los Millennials.
La Metodología actual es muy clara: transmisión oral, libros, Internet, ejercicios y para evaluar: los exámenes. Pero esto ¿Es eficaz? Aprenderse las cosas de memoria, falta de motivación, de creatividad y preguntas como para qué necesito aprender esto están cuestionando el sistema.
Para muchos la metodología es el problema. Si las herramientas son distintas, la forma de trasmitir y enseñar debe de ser distinta. Fomentar la creatividad, el trabajo en equipo, las ganas de descubrir cosas nuevas. Por otro lado, la poca formación de los docentes con las herramientas tecnológicas hace que se produzca una fractura entre el docente/profesor y el alumno.
En resumen, todos apoyan el crecimiento tecnológico de  los centros educativos. Para ellos el problema no es la tecnología sino la metodología. Hay que cambiar el paradigma educativo y adaptarlo a la revolución tecnológica. Puedo sacar una cosa clara, quizá no hay que invertir tanto en computadoras, tablets y pizarras digitales sino en formación de los docentes para que con esas herramientas puedan conseguir resultados más óptimos.
Por otro lado, tenemos la actitud de los Millennials, jóvenes que son difíciles de manejar, se les acusa de creerse con más derechos que los demás, narcisos, egoístas, sin planes futuros, perezosos, y confunden demasiado el liderazgo, no se fijan en el fin sino en el camino,
Analizando estos dos conceptos, se puede llegar a que existe principalmente 4 elementos que ahora hacen falta:
1. Educación: Los Millennials crecieron sujetos a estrategias fallidas de educación. Donde, por ejemplo, les dijeron que eran especiales. Les dijeron que tendrían todo lo que quisieran en la vida, sólo por quererlo. Algunos recibieron galardones no porque lo merecieran sino porque sus padres se quejaron y muchos recibieron la mejor nota porque los profesores no se querían enfrentar a los padres. Algunos obtuvieron medallas de participación, les dieron una medalla por llegar de últimos.
Crecieron en un mundo de Facebook e Instagram. En otras palabras, somos muy buenos poniéndole filtro a las cosas. Y realmente no tienen ni idea. Así que tenemos toda una generación entera creciendo con una autoestima baja. Y esto no es culpa de ellos. Les ha tocado una mala situación.

2.  Tecnología. Sabemos que la interacción con las redes sociales y nuestros celulares libera un químico en el cerebro llamado dopamina. Por eso cuando recibes un mensaje, te sientes bien. Todos lo hemos sentido. Porque uno se siente bien cuando le responden. Por eso contamos los likes, por eso volvemos veces a ver que está pasando. Mi instagram está subiendo lento, ¿hice algo mal? ¿no les gusto? El trauma para los chicos de ser eliminados de amigos.
Porque sabes que cuando lo logras, sientes una dosis de dopamina y se siente bien. Por eso nos gusta por eso volvemos a hacerlo. Dopamina es el mismo químico que nos hace sentir bien cuando fumamos, cuando bebemos o cuando apostamos. En otras palabras, es altamente adictivo. Tenemos restricciones de edad para fumar, apostar y alcohol y no tenemos restricciones de edad para redes sociales ni celulares, eso es básicamente lo que pasa: una generación entera que tiene acceso a un adictivo, adormecedor químico llamado Dopamina a través de las redes sociales y celulares durante el alto estrés de la adolescencia. Toda una generación está creciendo con baja autoestima. No tienen los mecanismos de supervivencia para lidiar con el estrés.

3. Impaciencia. Crecieron en un mundo de recompensa instantánea. Recompensa instantánea, excepto en satisfacción laboral y en fortaleza en las relaciones humanas: No existe un app para eso; son procesos lentos, serpenteantes, incómodos y desordenados. Es como si se pararan al frente de una montaña y tienen este concepto abstracto llamado impacto que quieren tener en el mundo. Eso es la cumbre, lo que no ven es la montaña. No me importa si subes la montaña rápido o lento, pero sigue habiendo una montaña que subir. Lo que tiene que aprender esta joven generación es paciencia, que ciertas cosas, las que de verdad importan, como el amor, el éxito laboral, la alegría, el amor por la vida, la auto estima… Cualquiera de estas cosas toma tiempo, y aunque algunas veces puedes avanzar rápido en ciertos tramos, el viaje completo es arduo, largo y difícil. Y si no buscas ayuda y aprendes las habilidades, te caerás de la montaña.
4. Entorno. A este grupo de chicos sorprendentes y fantásticos a los que les ha tocado esta mala situación -no es su culpa- los estamos colocando en ambientes corporativos donde importan más los números que los chicos. Importan más las ganancias a corto plazo que las vidas a largo plazo de estos jóvenes. Importa más este año que toda una vida. Los ponemos en ambientes corporativos que no les están ayudando a construir confianza, que no les están ayudando a aprender habilidades de cooperación; no les ayudan a superar los desafíos del mundo digital y encontrar un equilibrio, hacer las cosas con medida. No les ayuda a superar la necesidad de tener recompensa instantánea. Y enseñarles la felicidad, el impacto y la realización que obtienes trabajando duro por mucho tiempo en algo que no se puede lograr en un mes ni en un año. Los metemos en ambientes corporativos y la peor parte es que ellos creen que es su culpa. Estoy aquí para decirles que no son ellos los culpables sino las corporaciones. Es el ambiente corporativo, la falta total de buen liderazgo en el mundo hoy lo que les está haciendo sentir así. Lamento decirlo, pero es responsabilidad de las empresas.

martes, 19 de marzo de 2019

TECNOLOGIA EMOCIONAL

Las emociones nos cambiaron el cerebro.

Para algunos la inteligencia emocional es algo así como una especie de inteligencia más avanzada que la clásica, es decir, que la inteligencia analítica, la que miden los test que acaban dando un resultado en forma de coeficiente numérico. Hay también quien se refieren a la inteligencia emocional en negativo, como una incapacidad para controlar las emociones: “Se comporta como si no tuviera inteligencia emocional”. No faltan tampoco quienes creen que es un nuevo tipo de inteligencia recientemente inventada, pues, a fin de cuentas, el concepto de inteligencia no es absoluto, como lo son la talla o el peso de una persona, pues siempre depende del criterio del observador. Otros, por fin, ni siquiera sabemos a qué se refieren cuando hablan de ese tipo de inteligencia. Quizá por todo ello vale la pena intentar aclarar el concepto.

¿Qué es la tecnología emocional?

Un E-Mail sustituyó al uso de Correo PO BOX, y un WhatsApp dejó atrás al E-Mail, por tanto, toda comunicación instantánea se traduce al uso de dispositivos móviles. Las Redes Sociales son parte de nuestra vida, nos convertimos poco a poco en un Foro Social. Pero gracias a estas tecnologías podemos hablar con cualquier persona del mundo en cuestión de segundos y estar al día de las novedades de amigos y familiares. Las personas cada vez están más hiperconectadas tecnológicamente. 

¿Afectará esta hiperconectividad a nuestras emociones?

Desde 1998 se trataba de estudiar “La Paradoja del Internet”, que indicaba que la soledad, la depresión y el Stress era debido al uso de la Red (una tecnología eminentemente social pueda acabar reduciendo la implicación social y el bienestar psicológico de sus usuarios). Con el pasar de los años, la ciencia también ha dado nombre a estos fenómenos: los llaman paradoja de la amistad y paradoja de la felicidad, respectivamente, aunque en el fondo la explicación es la misma: se deben a una mala pasada de la estadística. Las personas más populares suben la media de amigos de tus amigos. Son pocos, pero su efecto (psicológico) es enorme. Los comunes de entre los mortales, mientras tanto, percibimos que los demás tienen más éxito social. Lo paradójico es que somos mayoría.

La paradoja del spoiler justifica que nos gusten más las series y películas si sabemos lo que va a pasar de antemano (y si no que se lo digan a Netflix). 

Por la paradoja de la elección, cuantas más opciones tenemos a nuestro alcance, menos nos satisface lo escogido (y por eso el gran reto de Amazon es que comprar resulte fácil). 

Y luego está la paradoja de la privacidad: como un empleado de HP demostró ya en 2001, decimos que nos preocupa lo que vaya a pasar con nuestros datos mientras rellenamos formularios con todo lujo de detalle para que nos hagan cualquier mísero descuento. 

Amy Gonzales, profesora en la Escuela de Medios de la Universidad de Indiana (EE. UU.), confirma que “hablar de forma anónima, por ejemplo, para abordar un problema como las adicciones resulta muy útil para la gente”. De forma paralela, en un estudio propio, la investigadora concluyó que la comunicación escrita tiene más impacto sobre la gente que la que se realiza cara a cara o por teléfono. “La comunicación escrita crea impresiones más intensas, porque no va acompañada de más información”, comenta Gonzales. De acuerdo con esta conclusión, “decir ‘te quiero’ tiene más impacto por escrito que cara a cara”.

Sus resultados en teoría funcionarían tanto para bien como para mal. Y este efecto lo confirma una investigación de la Universidad de Ámsterdam que sugiere que el efecto de las relaciones sociales digitales está directamente relacionado con el tipo de interacción. Así, las positivas aumentan la autoestima y el bienestar, y las negativas los reducen.

Los individuos solitarios se sienten cómodos en internet porque es un lugar hecho por personas extrovertidas y abiertas a la experiencia.

Por ejemplo el Whatsapp ha entrado a formar parte de nuestras vidas de tal manera que muchos ya no se imaginan esta sin la maravillosa aplicación. La verdad es que es una aplicación que no solo ha cambiado la manera de comunicarse de las personas sino que ha cambiado el paradigma de la comunicación, incluido la comunicación en tiempo real de forma gratuita.

Pero vamos al caso de cómo el Whatsapp ha influido e influye en la comunicación diaria entre las personas. La idea a debatir es si influye para bien o influye para mal.

¿Quién no se ha sentido presionado moralmente para contestar un Whatsapp cuando llega? ¿Debes contestar en ese mismo momento? ¿Está mal si no lo haces?

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